Edificio de oficinas León y Castillo


ARQUITECTOS: Sabi Reyes Ortega y M. Teresa Castellano Bello crea|estudio
PROMOTOR: Grupo RL
LOCALIZACIÓN: León y Castillo, 177. Las Palmas de Gran Canaria
FECHA: 2009

Con una altura de siete pisos y un diseño innovador, el imponente edificio de oficinas de LyC 177 es un proyecto que se desarrolló en la zona estrella de las inversiones inmobiliarias de Las Palmas.

El tono azul y la forma geométrica distinguen al flamante inmueble corporativo, que además sobresale por su versatilidad, su variedad de servicios y las vistas panorámicas sobre la ciudad y el mar.
Fachada a León y Castillo:





Fachada a Molino de Viento:


La fachada trasera realizada con paneles composite se adapta perfectamente a los contornos del edificio, dibujando líneas dinámicas contra el cielo. Este material se destaca por la combinación de conformabilidad, planeidad, estabilidad y resistencia a la intemperie. Gracias a su estructura compuesta,trabaja como una segunda piel sobre la estructura del edificio.
Estas placas compuestas no emanan sustancias nocivas para el medioambiente.
Dada su alta consideración por los aspectos medioambientales.






Los espacios modernos de trabajo están pensados para adaptarse a las necesidades de sus ocupantes y no al revés. En este sentido, el resultado de es una planta libre que prevé distintos tipos de instalaciones.
En efecto, la flexibilidad de las plantas conforma una propuesta para que cada empresa que se instale en el lugar desarrolle un ámbito de trabajo acorde a sus propias necesidades. Así, el edificio despliega seis amplios pisos de vistas abiertas siendo el último piso desarrollado en dos niveles.



En estas oficinas no hay rincones ocultos para el sol, que se cuela a través de las fachadas vidriadas. 







Amplias terrazas privadas donde reponer fuerzas, relajar tensiones, o incluso por que no, cerrar un importante negocio.


A la transparencia se le suma la propiedad del reflejo. La utilización del vidrio como una superficie espejante promueve la desaparición del objeto, ya no por la posibilidad de ser atravesado por la vista sino por la materialización de una imagen que construye una segunda realidad. Lo reflejado desmaterializa el objeto arquitectónico, y a su vez edifica otro límite, imaginario y bidimensional que no es más que un espectro de aquello que refleja.